domingo, 28 de abril de 2019

¿A mayor memoria, más conocimiento y mejor vida?

A lo largo de los años, el ser humano ha buscado alcanzar el conocimiento universal, o al menos, acercarse a este cuanto fuera posible, en su afán por entender lo que sucedía a su alrededor, tratando de dar explicaciones razonadas y creíbles a los fenómenos o misterios que hasta ese momento no las tenían. Podríamos pensar que, de alguna manera, el alcanzar el conocimiento nos acercaba también a conseguir una mejor vida, y por tanto la persona que acumule en mayor medida saberes y formación ha de ser más feliz y tener una mejor vida, que quienes no han conseguido formarse adecuadamente.
Por otra parte, estos conocimientos no permanecen de forma indefinida en nuestra memoria, y además la capacidad de retenerlos no es igual para todas las personas. Por tanto, nuestro conocimiento no es algo que dependa solo de nuestro empeño o esfuerzo en elaborar y recibir información, sino que la capacidad de cada uno para seguir recordando con el paso del tiempo, los conocimientos adquiridos (Memoria),resulta también muy importante para valorar nuestro conocimiento en cada momento de nuestra vida.

Cabe por tanto preguntarse: ¿Es posible llevar una buena vida sin conocimiento?¿Vivimos una mejor vida cuando poseemos un mayor grado de conocimientos?¿A medida que olvidamos nuestro saber, perdemos una parte de nuestra vida mejor? Si tuviésemos la capacidad de no olvidar lo aprendido (memoria infinita), ¿habríamos perdido la mejora de vida conseguida?

Se puede definir conocimiento, como el resultado de la actividad de "conocer", cuyo objetivo es la aprehensión de un estado de las cosas, de tal forma que pueda ser compartida con los demás.
Poseer un mayor conocimiento, puede generalmente, ayudarnos a llevar una mejor vida, ya que nos ayuda a entender cuanto nos rodea, y nos hace más fácil afrontar los problemas que se nos vayan presentando. Sin embargo, como afirmaba Kant en Fundamentos de la Metafísica de las Costumbres  "encontramos que cuanto más se preocupa una razón cultivada del propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, tanto más se aleja de la verdadera satisfacción..." ya que "computando todas las ventajas que sacan,encuentran sin embargo, que se han echado encima, más penas y dolores que felicidad hayan podido ganar". Teniendo esto en cuenta, podemos también observar que cualquier persona con escasos conocimientos puede llevar una vida llena de felicidad, quizás basada en su ignorancia, pero que para su propia percepción, es tan válida como la supuesta felicidad de quien posee un grado de conocimiento mucho más elevado.

Tener una memoria prodigiosa,  tampoco parece ser de gran ayuda a la hora de conseguir una vida mejor, puesto que poder dejar atrás los episodios más tristes o desafortunados de nuestra existencia es poco menos que imprescindible, si queremos mantener nuestra capacidad de superarlos y afrontar nuevos retos.

Como conclusión, podríamos decir que el conocimiento puede ayudarnos a alcanzar grados de desarrollo personal que nos ayuden a alcanzar una vida más plena y feliz, entendiendo (una mejor vida) y valorando matices que se escapan a quienes no poseen esta formación. Sin embargo el conocimiento en si mismo, no es garantía de lograrlo, ni siquiera de una tener una vida equilibrada y debe ser complementado con otra serie de motivaciones y sensaciones que ese conocimiento nos ayudará a buscar y entender mejor. Debe ser por tanto un medio de ayuda, pero no un fin en si mismo.

En cuanto a la memoria, debe también ser entrenada y administrada para recordar aquello que nos ayude, y retenga la base del conocimiento adquirido, pero permitiéndonos dejar en el olvido las situaciones más dolorosas y los conocimientos más superfluos.

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