viernes, 2 de noviembre de 2018

La filosofía


¿Es la filosofía realmente necesaria?


Siempre se ha pensado que la filosofía es una disciplina innecesaria que no tiene una utilidad concreta. Es por esto que durante años, se han buscado justificaciones que respalden la importancia de esta disciplina y así mostrar lo necesario que ésta es para el ser humano. Ahora bien, podemos plantearnos preguntas como: ¿Se puede vivir sin filosofar? ¿Realmente hay argumentos que demuestren que esta disciplina es necesaria? ¿Ha tenido repercusión la filosofía en el mundo actual?

Podemos definir filosofía como “amor a la sabiduría”, pero, además de esto, la filosofía nos enseña a tener nuestro propio criterio, y por tanto, a tener una personalidad. Además, todas las mejoras y descubrimientos que se han producido desde la aparición de la humanidad, se deben en buena parte al hecho de plantearse preguntas y tratar de encontrarles la mejor respuesta posible.

Se puede plantear sin embargo, que el “filosofar” es un desperdicio de tiempo y esfuerzo, ya que cualquier pregunta nos acaba llevando a otra más o menos compleja, y así entrar en una cadena de infinitas cuestiones que no nos conduzca a ninguna conclusión interesante sin saber siquiera si fue porque la solución no existía o, simplemente, porque no hicimos el planteamiento correcto o la elección de la respuesta adecuada en alguna fase del proceso.

Existe también el riesgo de llegar a convertir el pensamiento filosófico en una obsesión que nos impida llegar a hacer nada, al no acabar de encontrar la mejor opción, puesto que cada vez que nos decidimos por una, nos vemos obligados a descartar otras muchas, que en principio no serían peores, pero que si tuviésemos  que evaluar en su totalidad exigirían una enorme cantidad de tiempo para cada pequeña decisión de nuestra vida.

Este mismo razonamiento aplicado a las decisiones de un grupo de personas, nos llevaría a la exposición interminable de pensamientos y opiniones sobre la solución de un problema, mientras este, sigue sin resolverse o incluso agravándose con el paso del tiempo empleado en el debate.

Estás son, sin embargo, dos formas de mal uso de la filosofía, puesto que un buen razonamiento, empezaría por valorar si el debate y los razonamientos son proporcionales a la magnitud y la urgencia de encontrar una solución a la cuestión debatida y no un juego de pensamientos que no conducen a ninguna parte.

La filosofía en realidad empieza a sernos útil, cuando, lo que nos replanteamos son las cuestiones o costumbres que se consideran ciertas o seguras, sin más razón que el hecho de que nunca nos hemos detenido a cuestionarlas y que por costumbre damos por indudables (La tierra es plana, el sol gira alrededor de la tierra, los hombres son más fuertes que las mujeres…)y que si nadie se las hubiera cuestionado nunca seguirían siendo “ciertas”, como lo son otras muchas que todavía nadie  se cuestionó.

Toda esta reflexión puede llevarnos a plantearnos nuevas preguntas que debemos tratar de responder: ¿Se podría dejar de filosofar? ¿Qué provocó las primeras discusiones filosóficas? ¿Son realmente acertados todos los pensamientos que creemos poseer?...