domingo, 28 de abril de 2019

¿Somos realmente libres?

La pregunta ¿es el ser humano realmente libre?" ha producido uno de los debates que más ha preocupado a los filósofos a lo largo de los años y que sigue atormentándolos a día de hoy. Todos los días tomamos decisiones puesto que creemos tener el control y la posibilidad de elegir, pero ¿realmente somos libres, o todas nuestras acciones están determinadas desde un principio? A partir de esta pregunta podemos plantearnos otras, como por ejemplo: ¿es algo realmente bueno ser libre? ¿tomamos decisiones en cada momento, o sólo seguimos nuestro patrón interno, creyendo ser libres?

Entendiendo libertad como la capacidad de decidir, podemos pensar que los humanos somos libres, ya que cada día tomamos múltiples decisiones: ¿debería hacerlo o no? ¿como esto o lo otro? ¿veo esta serie de televisión o la otra?.. Es más, como afirmaba Sartre, esta capacidad de decidir es lo que caracteriza a los humanos y lo que los diferencia del resto de los seres vivos. Sin embargo, que el ser humano sea libre, implica muchas responsabilidades, de las que carecería si no fuese libre. Esto se debe a que el ser humano (al ser libre) es responsable de sus actos, por lo que si, por ejemplo, roba algo o rompe algo, no puede utilizar ninguna excusa para defenderse.

Filósofos como Skinner negocian completamente la teoría anterior, ya que afirman que dándose las condiciones adecuadas se puede conseguir el comportamiento que uno quiera. Por tanto, cualquier persona puede conseguir variar el comportamiento de otra, incluso sin que esta última se de cuenta. Esto se puede observar en la publicidad, que hace que la gente compre cosas que no necesita. También se ha demostrado con experimentos, como aquel en el que convierten una escalera normal en un piano (de manera que cada vez que subían un peldaño sonaba una nota) para que la gente dejase de subir por la escalera mecánica y empezase a subir por esta. Y lo que ocurrió fue que el número de personas que usó la escalera normal aumentó considerablemente.

Sin embargo, estos argumentos no son completamente válidos, ya que incluso cuando se está intentando manipular a una persona para que haga algo, ésta tiene capacidad para razonar y decidir. Por ejemplo, en el caso de las escaleras, había personas que seguían subiendo por las escaleras mecánicas. Esto demuestra que las personas siguen teniendo la capacidad de decidir qué hacer y cómo variar su comportamiento. Si no quieren variar su comportamiento no es posible que lo hagan. Además, en ese experimento, lo más probable es que las personas utilizasen las escaleras con el piano por la novedad, por lo que probablemente en el momento en que se aburrieran volverían a su comportamiento anterior (decidirían volver a su comportamiento anterior). Es, por tanto, que los seres humanos sí son libres, ya que sí tienen la capacidad de decidir.

Otro punto de vista hacia esta pregunta sería el de Spinoza, que afirmaba que todo está determinado y que todo tiene una causa aunque nosotros la desconozcamos. Según esto todas nuestras acciones no dependen de nosotros, y no podemos hacer nada para cambiarlas. Por lo que si, por ejemplo, robásemos algo, no se nos debería castigar por ello, porque eso ya estaba determinado. Sin embargo, si esto fuese cierto, no deberíamos tener la capacidad de cambiar de idea, y entonces, ¿cómo se explicarían los momentos en los que vamos a hacer una cosa y nos arrepentimos antes de hacerla y por tanto no la realizamos? ¿cómo se explicaría, por ejemplo, el hecho de que una persona esté estudiando una carrera y decida cambiarse a otra diferente? si todo estuviese determinado esto no debería suceder.

Por lo tanto, los seres humanos somos libres, con todo lo que esto conlleva, y podemos ser castigados por nuestros actos, ya que nosotros tomamos la decisión de realizarlos. Por ello, la libertad no siempre es algo bueno, y no tiene por qué significar la felicidad. Esto puede llevarnos a plantearnos muchas preguntas sin respuesta, como por ejemplo: ¿es la libertad una de las mayores causas de tristeza? ¿habrá alguna forma de dejar de ser libre? ¿si somos libres, por qué no siempre hacemos lo que queremos? ¿estamos desaprovechando nuestra libertad?

¿A mayor memoria, más conocimiento y mejor vida?

A lo largo de los años, el ser humano ha buscado alcanzar el conocimiento universal, o al menos, acercarse a este cuanto fuera posible, en su afán por entender lo que sucedía a su alrededor, tratando de dar explicaciones razonadas y creíbles a los fenómenos o misterios que hasta ese momento no las tenían. Podríamos pensar que, de alguna manera, el alcanzar el conocimiento nos acercaba también a conseguir una mejor vida, y por tanto la persona que acumule en mayor medida saberes y formación ha de ser más feliz y tener una mejor vida, que quienes no han conseguido formarse adecuadamente.
Por otra parte, estos conocimientos no permanecen de forma indefinida en nuestra memoria, y además la capacidad de retenerlos no es igual para todas las personas. Por tanto, nuestro conocimiento no es algo que dependa solo de nuestro empeño o esfuerzo en elaborar y recibir información, sino que la capacidad de cada uno para seguir recordando con el paso del tiempo, los conocimientos adquiridos (Memoria),resulta también muy importante para valorar nuestro conocimiento en cada momento de nuestra vida.

Cabe por tanto preguntarse: ¿Es posible llevar una buena vida sin conocimiento?¿Vivimos una mejor vida cuando poseemos un mayor grado de conocimientos?¿A medida que olvidamos nuestro saber, perdemos una parte de nuestra vida mejor? Si tuviésemos la capacidad de no olvidar lo aprendido (memoria infinita), ¿habríamos perdido la mejora de vida conseguida?

Se puede definir conocimiento, como el resultado de la actividad de "conocer", cuyo objetivo es la aprehensión de un estado de las cosas, de tal forma que pueda ser compartida con los demás.
Poseer un mayor conocimiento, puede generalmente, ayudarnos a llevar una mejor vida, ya que nos ayuda a entender cuanto nos rodea, y nos hace más fácil afrontar los problemas que se nos vayan presentando. Sin embargo, como afirmaba Kant en Fundamentos de la Metafísica de las Costumbres  "encontramos que cuanto más se preocupa una razón cultivada del propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, tanto más se aleja de la verdadera satisfacción..." ya que "computando todas las ventajas que sacan,encuentran sin embargo, que se han echado encima, más penas y dolores que felicidad hayan podido ganar". Teniendo esto en cuenta, podemos también observar que cualquier persona con escasos conocimientos puede llevar una vida llena de felicidad, quizás basada en su ignorancia, pero que para su propia percepción, es tan válida como la supuesta felicidad de quien posee un grado de conocimiento mucho más elevado.

Tener una memoria prodigiosa,  tampoco parece ser de gran ayuda a la hora de conseguir una vida mejor, puesto que poder dejar atrás los episodios más tristes o desafortunados de nuestra existencia es poco menos que imprescindible, si queremos mantener nuestra capacidad de superarlos y afrontar nuevos retos.

Como conclusión, podríamos decir que el conocimiento puede ayudarnos a alcanzar grados de desarrollo personal que nos ayuden a alcanzar una vida más plena y feliz, entendiendo (una mejor vida) y valorando matices que se escapan a quienes no poseen esta formación. Sin embargo el conocimiento en si mismo, no es garantía de lograrlo, ni siquiera de una tener una vida equilibrada y debe ser complementado con otra serie de motivaciones y sensaciones que ese conocimiento nos ayudará a buscar y entender mejor. Debe ser por tanto un medio de ayuda, pero no un fin en si mismo.

En cuanto a la memoria, debe también ser entrenada y administrada para recordar aquello que nos ayude, y retenga la base del conocimiento adquirido, pero permitiéndonos dejar en el olvido las situaciones más dolorosas y los conocimientos más superfluos.